No, no es como antes, como era antes, como fue una vez, cuando yo pensaba que los problemas le tocaban sólo a los demás y no a mí. Cuando creía que la gente se moría, los amigos de los demás morían, pero ni yo ni los míos lo hacíamos. Cuando me parecía que si llorabas, era un ratito nomás, y era porque se te rompió tu peluche preferido, y no porque se te rompió el alma. Antes cuando creía que mentir era decir yo no rompí el vidrio, yo no dejé la llave tirada, y no gritar estúpidamente yo no vomito, yo no me lastimo, yo no estaba llorando.
Antes (antes, tan antes) cuando pensaba que mi destino era ser feliz, total lo tenía todo. Que a mí no me podía tocar, estaba lejos de mí, eso de estar enfermo psicológicamente. Eso de odiarme y amarme a la vez. Eso de querer morirme y a la vez querer seguir viviendo con desesperación, con pasión, con todas las ganas, porque tengo la certeza de que ALGO QUEDA... Antes, tenía la certeza de que algo había... en el presente, no el mañana incierto como es ahora. Se me acabó la inocencia de pensar que todo podía estar bien, no sólo mejor.
Pensaba, antes, que tenía amigos, amigas, compañía. MENTIRA. No tengo nada de eso. Estoy tan sola que no me animo a decirle a nadie que me siento así. No sé qué haría si él no estuviera conmigo, tal vez ya me hubiese vuelto loca, o estaría encerrada en algún lado, quizás ni estaría. Pero estoy, porque él está. Y por él seguiré estando... vivir sólo por mí no tiene tanta gracia como cuando entregás tu corazón a alguien.
